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Amazon no quiere derechos laborales - Híper Ocio

Amazon no quiere derechos laborales

Quizá usted ni se haya enterado, pues no han llegado todavía a España, que Amazon abrió hace años tiendas físicas. Entre los comercios que inauguró destacaban varios supermercados futuristas en los que no había cajeros: una constelación de cámaras de seguridad registraban cada producto añadido a la cesta de compra y lo facturaban en Amazon. Asimismo también estrenó librerías y unos establecimientos que llamó 4 estrellas (allí se podían encontrar los productos con valoraciones más altas de su web). 

El primero de estos locales abrió sus puertas en Seattle en 2015 y de ahí comenzó una fulgurante expansión por numerosos estados americanos y el Reino Unido. En ellos, además de merchandising para sus fanboys, se vendían sus productos de hardware (libros electrónicos, altavoces inteligentes y su línea de producto Basic) y se podían recoger y devolver pedidos online.

Sin embargo, a principios de marzo la compañía ha anuciado el cierre de 68 de estos comercios (todas las librerías y 4 estrellas). La decisión, que en principio se podría achacar a la pandemia y a que las tiendas físicas sólo aportaron el 3% de su facturación en el último trimestre -según Reuters-, enmascara una política mucho más siniestra y preocupante: sus empleados habían comenzado a organizarse para obtener mejores salarios, políticas de asistencia más flexibles, descansos más largos y otros beneficios.  

No es la primera vez que Amazon muestra su desdén por los derechos laborales de su personal. De hecho, ha financiado campañas de lobby para que sus empleados voten en contra de crear sindicatos en sus centros de distribución. Pero la vuelta de tuerca es mucho más siniestra. Al mismo tiempo que anuncia que cesa la actividad de las tiendas comentadas informa que planea abrir 12 nuevas de alimentación sin empleados. Lógico, las máquinas no exigen conciliación familiar, no sufren los vaivenes de la inflación y no cobran horas extras.

Amazon crece a un ritmo nunca visto en el sector del comercio, pero arrasa con el comercio tradicional con este tipo de prácticas injustas. Hasta que la inteligencia artificial no sustituya a sus ejecutivos nadie tomará cartas en el asunto. Y entonces ya será tarde.

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